Los amplios aranceles nuevos anunciados el miércoles por el presidente estadounidense Donald Trump fueron recibidos en un principio con reacciones mesuradas por parte de socios comerciales clave, lo que puso de relieve la inapetencia por una guerra comercial en toda regla.
El hecho de que los aranceles afectaran más fuertemente a partes del mundo que dormían durante la noche pareció, al menos temporalmente, retrasar parte de la posible indignación.
Trump presentó los impuestos a las importaciones —que él llama «aranceles recíprocos», y que varían del 10 % al 49 %— en los términos más simples: Estados Unidos les hará a sus socios comerciales lo que él dijo que ellos le han estado haciendo a Estados Unidos durante décadas.
«Los contribuyentes han sido estafados durante más de 50 años», afirmó. «Pero eso ya no va a suceder».
El presidente prometió que «los empleos y las fábricas volverán a nuestro país con un gran desempeño». Indicó que no se trata solamente de un problema económico, sino que es una cuestión de seguridad nacional que amenaza «nuestro modo de vida mismo».
«Nadie quiere una guerra comercial«
Poco después del anuncio de Trump, el gobierno británico indicó que Estados Unidos sigue siendo el «aliado más cercano» del Reino Unido.
El secretario de Negocios, Jonathan Reynolds, expresó que el Reino Unido espera alcanzar un acuerdocomercial para «mitigar el impacto» de los aranceles del 10% anunciados por Trump sobre los productos británicos.
La primera ministra conservadora de Italia, Giorgia Meloni, considera que los nuevos aranceles del 20 % contra la Unión Europea son «equivocados«, y señaló que no benefician a ninguna de las partes.
«Haremos todo lo posible para trabajar en pos de un acuerdo con Estados Unidos, con el objetivo de evitar una guerra comercial que inevitablemente debilitaría a Occidente en favor de otros actores globales», declaró Meloni en una publicación de Facebook.
«En cualquier caso, como siempre, actuaremos en el interés de Italia y su economía, y también al conversar con otros socios europeos», añadió.
China condena
China expresó este jueves su «firme oposición» a los aranceles recíprocos anunciados por el presidente estadounidense, Donald Trump, y prometió represalias para «salvaguardar» sus derechos e intereses.
«China se opone firmemente a los aranceles y tomará contramedidas para salvaguardar sus derechos e intereses. Los gravámenes ignoran las normas del comercio internacional y socavan gravemente los derechos e intereses legítimos de las partes implicadas», señaló un portavoz de la cartera de Comercio en un comunicado.
El vocero agregó que la medida «ignora el equilibrio de intereses alcanzado en las negociaciones comerciales multilaterales a lo largo de los años» y «el hecho de que Estados Unidos se ha beneficiado enormemente del comercio internacional durante mucho tiempo»
«Sin fundamento lógico»
Algunos países cuestionaron los cálculos de la Casa Blanca.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, dijo que los aranceles que Estados Unidos impuso a su país son totalmente injustificados, pero de todas formas Australia no tomará represalias.
«El presidente Trump se refirió a aranceles recíprocos. Un arancel recíproco sería de cero, no el 10 %», comentó Albanese. Washington y Canberra tienen un acuerdo de libre comercio y Estados Unidos tiene un superávit comercial de 2 dólares por cada dólar con Australia.
«Los aranceles del gobierno no tienen base lógica, y van en contra del fundamento de la asociación entre nuestras dos naciones. Esto no es el acto de un amigo».
Trump indicó que Estados Unidos adquirió 3,000 millones de dólares de carne de res australiana el año pasado, pero que Australia no aceptaría importaciones de carne de res estadounidense. Albanese explicó que la prohibición de recibir carne de res cruda estadounidense era por razones de bioseguridad.
Nueva Zelanda también cuestionó la lógica arancelaria de Trump.
El ministro de Comercio, Todd McClay, rechazó la cifra en la gráfica del gobierno estadounidense sobre los aranceles que impone Nueva Zelanda, y dijo que les había pedido a los funcionarios de su país que lo aclararan.
«No tenemos una tasa arancelaria del 20 %», señaló, y agregó que Nueva Zelanda tenía «un régimen arancelario muy bajo» y que la cifra correcta estaba por debajo de la tasa base del 10 % aplicada por Estados Unidos a todos los países.
«No buscaremos tomar represalias. Eso provocaría un aumento de precios para los consumidores de NuevaZelanda y sería inflacionario», comentó.
Por el momento, México y Canadá quedaron exentos de la ronda de aranceles más reciente, en lo referente a bienes que ya calificaban bajo su acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Sin embargo, los arancelesdel 25 % anunciados previamente sobre las importaciones de automóviles estaban programados para entrar en vigor a medianoche.