El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva en la que instruye a la fiscal general, Pam Bondi, a solicitar la pena de muerte en todos los casos federales en Washington D.C. que cumplan con los “factores aplicables”. La medida se enmarca en su política de «mano dura» ante lo que califica como un aumento descontrolado del crimen en la capital.
Con este memorando, Trump busca reinstaurar la pena capital en el Distrito de Columbia, donde fue abolida en 1981. La orden establece que el fiscal federal asignado a la jurisdicción deberá perseguir la pena máxima en aquellos casos que lo permitan bajo la legislación vigente.
Según el documento, la aplicación prioritaria de la pena de muerte responde a las “crecientes amenazas a la seguridad pública” en la ciudad. En este contexto, Trump también asumió control federal sobre la Policía Metropolitana de Washington desde el pasado 11 de agosto, desplegando efectivos de la Guardia Nacional y agentes de distintas agencias federales.
Durante las últimas semanas, el mandatario ha centrado su discurso en los altos índices de violencia en ciudades gobernadas por demócratas, como Chicago y Los Ángeles, argumentando la necesidad de intervención federal para restaurar el orden.
